Inseminación artificial. El futuro a tu alcance
Cuando no puedes lograr un embarazo, a pesar de tener un año con vida sexual activa, la inseminación artificial es una técnica de reproducción humana asistida, de baja complejidad, rápida, sencilla e indolora, que puede lograr ese bebe que tanto añoras. Se realiza en la consulta ginecológica habitual y no requiere de anestesia.
Antes de la inseminación es importante ser examinada y verificar tu integridad anatómica, descartar infecciones y alteraciones hormonales que pueden ser corregidas antes de este procedimiento.
El proceso de inseminación artificial incluye:
- Estimulación de la ovulación: La cual se realiza mediante gonadotropinas en pequeñas dosis tomadas o inyectadas para controlar el ciclo menstrual, especialmente el momento de la ovulación. Es importante también tener control sobre el número de folículos que se pretende conseguir para evitar un embarazo múltiple, mediante ecografía transvaginal y análisis de estradiol en sangre. En caso de desarrollar demasiados folículos la probabilidad de embarazo gemelar aumenta. Aunque la mujer no tenga ningún problema de fertilidad es muy útil estimular el ciclo ovárico por varios motivos:
- Tener el ciclo ovárico controlado.
- Aumentar las posibilidades de éxito, facilitando la probabilidad de que el espermatozoide se encuentre con el óvulo.
- Recolección y preparación del semen: Para este paso es muy importante tener en cuenta la abstinencia sexual del hombre. Se recomienda un periodo de entre 3 y 5 días de abstinencia sexual antes de la masturbación que se lleva a cabo para la recolección del semen. Hay que controlar también el tiempo que pasa entre la eyaculación y la recogida, así como la eyaculación y la inseminación.
- Inseminación: Aproximadamente 12 horas antes de depositar el semen en el útero de la mujer a través de la cánula de inseminación, se inyecta la hormona hCG a la paciente para promover la ovulación, de tal manera que cuando el ovocito salga del folículo el semen esté ya esperando. El semen sobrevive en el interior del aparato reproductor femenino alrededor de 72 horas, mientras que el ovocito tiene una supervivencia de 24 horas una vez ha sido ovulado.
La principal ventaja de esta técnica es que no requiere de ningún tipo de anestesia, al no ser dolorosa para la paciente.
Recomendaciones después de la inseminación
Esta es una de las técnicas más sencillas y menos agresivas, ya que para la estimulación de ovarios no es necesaria una gran cantidad de hormonas y tampoco se necesita anestesia. Es por ello que la paciente puede, una vez recuperada del procedimiento, hacer una vida completamente normal. Habitualmente se deja a la mujer en reposo durante un tiempo de 15 minutos tras la inseminación.
Pasado este tiempo puede abandonar la unidad y con tratamiento médico específico. Después de una o dos semanas, se debe realizar una prueba de embarazo en sangre que determinará si hubo o no implantación y por tanto si la inseminación fue exitosa y se logró el objetivo: el embarazo.